Mi relación con el libro vaquero ya merece contarse. Como mucho de ustedes he escuchado en diferentes foros y lugares la trillada frase "...como el libro vaquero" cuando se trata de denostar alguna publicación, o cuando se dice que es algo demasiado popular o de baja calidad.
Luego investigando un poco resulta que es una de la publicaciones con más larga duración y con muchísimos ejemplares vendidos incluso fuera de nuestro país, o el dato alucinante de que algunas bibliotecas públicas de Estados Unidos como la de Denver, Colorado, recientemente tuvieron que cancelar su suscripción por considerar que tenía un contenido con imágenes sexualmente explícitas.
Así que me decidí a ir al puesto de periódicos a vivir la experiencia. En el puesto al que fui no lo tenían a la vista, lo sacaron de por debajo del mostrador, eso me recordó una nota que leí acerca de la queja de algunos directores de la publicación porque discriminaban al libro vaquero colocándolo entre las revistas pornográficas. Tuve mucha suerte, resulta que compré el número 1500 (año XXX pura coincidencia), casi conmemorativo, con el título "De Cara al Sol", y pude entonces comprobar lo que había leído: una publicación sencilla, en formato de bolsillo con unas 90 cuartillas, con dibujos a colores una historia del Western donde las mujeres son dibujadas exuberantemente y en algunas escenas que podríamos calificar de eróticas, esto también me recordó las notas que he leído donde se habla de la inverosimilitud de estos cuerpos e incluso se les compara con el de modelos reales, y aquellas que hipotizan acerca de una supuesta influencia en el lector que lo llevaría a enrarecer su juicio estético sobre las mujeres reales, lo cierto es que el objetivo de la publicación es muy evidente, atraer, generar cierto morbo y vender. Lo paradójico de todo esto es que frente a una posible impudicia en los diseños, la historia es totalmente moraloide, buenos contra malos, una moraleja y un final feliz donde siempre triunfa la justicia, claro y el bueno se queda con la buena.
Ciertamente una fórmula para generar un tipo de cultura, al menos en el imaginario el libro vaquero es la publicación más leída por los mexicanos, claro varones y por supuesto, también en el imaginario parece que la lectura sólo está disponible para cierto sector social, cuando mostré a algunos de mis colegas la publicación, los gestos fueron muy similares, les causaba cierto escozor verme con el folleto en la mano, así que incluso el sólo traerlo genera ciertas dinámicas de etiquetación social. Por lo que respecta al género y al posible machismo que podría contener, desde siempre se sabe que para el público femenino existe el Libro Sentimental, ciertamente en ambas publicaciones se explotan estereotipos y se echa mano de los gustos populares, pero hay un dato interesante, en la elaboración y distribución del libro vaquero hay muchas mujeres involucradas aunque claro será difícil que pueda trastocarse una fórmula tan exitosa, pero no estaría mal también hacer ciertos ajustes de acuerdo a la época y una cultura de los derechos adecuada.
Un clásico: el libro vaquero en la bolsa trasera junto al peine.